Puede que muchas de vosotras pensara colocar debajo del árbol un ejemplar de Vivir la lana, unas madejas de los nuevos colores de Sorrosal, puede que incluso nosotras, llegáramos a fantasear con ello, sin embargo, no todo sale ni cuándo ni cómo quieres.
Ya sabéis que en muchas ocasiones hemos compartido con vosotras, desde la absoluta honestidad, como lidiamos con los ritmos impuestos a la hora de producir nuestra lana.
Como resulta complicado mantenerse siempre al pie del cañón cuando nuestros tiempos son otros, nuestras circunstancias son otras, y también, por supuesto, nuestros valores y nuestros objetivos de desarrollo sostenible, difieren del “para ya”.
Es complicado encontrar el equilibrio entre lo que deseas, lo que defiendes y además, mantenerte a flote.
Por eso, la campaña de Crowdfunding de Vivir la lana, en la que contamos con cientos de mecenas que nos apoyaron para sacar adelante esta producción y este libro, no desapareció una vez conseguida la recaudación, cada mes os hemos ido contando cómo avanzan todas las producciones, tanto de las recompensas de colaboradoras, como el avance de la edición del libro, como de las propias madejas de Sorrosal.
¿Y por qué compartir? Porque una de las claves de este proyecto es que nos acompañes, que sepas cómo trabajamos, cómo lidiamos con las fechas, con las negativas, con el tiempo… Y vivas la lana un poquito como la vivimos nosotras. Para llegar a la madeja, antes, hay un montón de obstáculos que sortear.
Ya te lo estarás imaginando, Vivir la lana no va a llegar a vuestra casa en 2021.
Nos ponemos perfectamente en tu piel.
Sabemos lo que es desear algo, haber esperado un tiempo considerable para tenerlo en tus manos y disfrutarlo, y saber que habrá que seguir esperando.
¡Es nuestro día a día! Acumulamos años de experiencia en tardar en conseguir lo que queremos, ahora bien, cuando llega… ¡Sabe a gloria!
Nuestra intención era que los astros se alinearan con nuestros esfuerzos y nuestras ganas para conseguir cerrar el 2021 con Vivir la lana y todo lo que conlleva, muy avanzado o terminado.
¿Qué ha ocurrido? Aquí te lo contamos:
Sorrosal: seguimos en la cola de espera de “teñiremos vuestra lana, lo haremos en barcadas pequeñas y después se convertirán en madejas”. No es nuevo que os digamos que el hacer producciones pequeñitas no suele ser prioritario frente a las grandes.
Colaboraciones: las recompensas artesanales van viento en popa, tanto los cuencos de Martina, los accesorios de Laura Algarra, las ilustraciones de Laia… Veamos el lado positivo: se han respetado los tiempos de producción de sus trabajos, todos a mano, todos desde el amor.
Libro: seguimos compaginando la labor editorial con todo lo que nos ha sucedido este 2021, los lanzamientos de lanas como La Castellana, en la que llevamos invertidos 2 años y que por fin ha visto la luz, con el día a día de la tienda y el hospital, así como todo lo que implica la temporada tejeril por excelencia y la Navidad a la vuelta de la esquina.
Hoy te decimos que Vivir la lana no llegará de manos de Papá Noél o los Reyes Magos, seremos nosotras mismas: Esther y Javi, quiénes te lo entregaremos en 2022.
P.D.: sabemos que sois muchas las que preguntáis por cómo vamos, y una campaña de crowdfunding, en la que se apoya la producción de este tipo, de por sí otorga un año como mínimo para producir el proyecto financiado, es decir, que vamos en tiempo aunque no lo parezca. ¡Nosotras mismas tenemos que recordárnoslo!
Gracias como siempre por acompañarnos en esta aventura que es Vivir la lana.