Esa es una pregunda que nos hacen muy a menudo. En un mundo tan diversificado, con flujos de información tan intensos, localizar a guitarristas que toquen a la antigua puede ser todo un reto.
A pesar de que suene romántico, no se trata de ir a ciegas, recorriendo pueblos perdidos de las sierras sureñas o el este peninsular.
Pero hay una labor callada y paciente de búsqueda que combina lo mejor de las tecnologías (videos, grabaciones antiguas) con los métodos algo más clásicos (me han dado tu teléfono porque dicen que tocas la jota "por abajo"). En alguna ocasión hemos tardado semanas en localizar a "ese que sale en el video que es el único que toca a la antigua". A veces solo basta con hacer dos preguntas para que de la persona que está al otro lado del teléfono comience a brotar un torrente de recuerdos, vivencias... "me enseñó mi padre", "aquí tocamos el fandango cortijero, el de verdad", "ya nadie golpea la tapa, eso lo hacían antes, pero yo aprendí"
Pero el proceso de búsqueda es al mismo tiempo apasionante y extenuante. Y en algún momento toca coger el coche un sábado de buena mañana y conducir 200, 400 o 600 km ( o un avión, si hablamos de islas) para ir a ver a esa persona que produjo esa vieja sensación de "aquí es" y ver en directo lo que te contaba por teléfono. Raras veces ha defraudado, pero en ocasiones te vuelves con las manos vacías.
Una vez que ya has localizado a una de esas "fuentes", que además de tocar, te cuenta sus vivencias y alberga (a menudo sin saberlo) conocimientos sobre "cómo hay que tocar", "cómo se afina de oído" o "cómo decían los viejos que había que tocar esto", empieza un proceso no menos complejo: el de convertir eso en un documental con formato etnográfico. Eso es algo que contaremos otro día.
Escribo estas palabras para intentar hacer llegar el largo proceso de "selección, recolección, decantación y elaboración" que a veces es necesario para elaborar cada uno de los documentales que pretendemos hacer realidad.
La mitad del trabajo (no sé si la más difícil, la que no se puede cuantificar de ninguna manera) está hecha. Ahora solamente nos falta el impulso económico que convierta todas esas notas, archivos de video, guiones y explicaciones, en una pieza audiovisual con su contexto, su sentido, su música y su personalidad. Por eso es tan importante la ayuda de personas o colectivos sensibles a estas cosas que nos apoyen económicamente o que difundan esta campaña y pronto será una realidad